emigrar
Del lat. emigrāre.
1. intr. Dicho de una persona: Abandonar su propio país para establecerse en otro extranjero.
Esa es la definición de emigrar en el diccionario de la RAE y lo que me llama la atención es la sencillez con la que se explica porque esa palabra supone muchas más cosas que solo abandonar tu lugar de residencia. No niego que suena realmente excitante irse de casa para ver mundo y descubrir cosas nuevas que nunca antes has visto ni experimentado; es toda una aventura. Verdaderamente lo es, pero lo que no te cuenta es que emigrar no es tan fácil como parece y no es apto para todo el mundo porque, tal y como me dijo una amiga, «hay que ser muy valiente para emigrar».
Emigrar significa dejar todo atrás, tanto lo bueno como lo malo. Adiós a las comidas y a las cenas familiares, adiós a las tardes tomando café (y cotilleando) con tus amigas en una terraza de una cafetería, adiós a las peleas con tu hermano (aunque no lo creas, lo acabas echando de menos pese a que nunca lo confesarás), adiós a esos lugares conocidos y que podrías recorrer con los ojos cerrados, adiós a la comida de tu madre (mamá, pensaba que nunca me escucharía decir esto pero echo de menos tus platos con cebolla y ya sabes lo mucho que la odio), adiós a caminar por la calle e ir saludando a gente, y miles de adiós más.
Emigrar supone hacer nuevas amistades. Sabiendo que muchas serán breves y que no compartirás con ellas momentos para recordar; pero dandolo todo de ti porque sino no serías tú. Pero también tener la intención de hacer relaciones de amistad verdaderas y con las que puedas reír, llorar y gritar cuando estés con ellos sin que te miren como a un bicho raro. Encontrar a personas que te entiendan y que te comprendan, que te ayuden sin pedir nada a cambio y que te vean por quien eres. Buscar amistades verdaderas, como las que tenías en casa y a las que echas de menos.
Emigrar implica viajar y conocer nuevos lugares. Echando de menos los sitios por los que paseabas cada día y los recuerdos que formaste allí con las personas a las que quieres; pero sabiendo que frente a ti tienes un millón de opciones porque todo es nuevo. Emprender viajes a lugares desconocidos con esas nuevas amistades que acabas de hacer porque quieres verlo todo y aprovechar que estás fuera de casa para disfrutar de diferentes paisajes. Mirando todo lo de tu alrededor con ojos abiertos, como si volvieras a ser un niño.
Home is wherever you leave everything you love and
never question that it will be there when you return.
Emigrar es echar de menos aquellas cosas que tenías antes y a las que no les dabas un valor especial. Has escuchado más de 100 veces la frase de «nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde» y puede sonar a topicazo (que también), pero es la pura verdad. Durante tiempo has tenido esas cosas a tu alcance y te has relacionado con esas personas a diario, así que no piensas que un día lo tendrás todo lejos y que te sentirás perdida, como si no supieras hacia donde ir. Emigrar te enseña a valorar lo que tenías y lo que vendrá.